A partir de enero de 2024, los huertos comunitarios de Can Pinyol, gestionados por la Fundació Marianao, se convertirán, los miércoles por la mañana, en uno de los espacios que profesionales de la salud podrán utilizar como recurso para que los pacientes que estén interesados puedan ir para mejorar su bienestar y luchar contra la soledad y el aislamiento.

Este mecanismo se llama prescripción social, y hace tiempo que funciona en otras poblaciones. Se trata de ofrecer alternativas a la medicalización ofreciendo activos comunitarios del municipio para mejorar la salud de los pacientes a través de la vida comunitaria, reduciendo así el consumo de ansiolíticos.

El Ayuntamiento de Sant Boi realizó un mapeo de los diferentes activos de salud de la ciudad y determinó que los Huertos de Can Pinyol eran uno de ellos, por lo que, a partir del próximo año, será una opción para pacientes de los centros sanitarios interesados en el campo de la horticultura.

Según explica Mercè Hernández, coordinadora del proyecto de los huertos, aunque el programa todavía no ha empezado, el espacio ya está abierto a la población los miércoles de 10 a 13 horas desde el pasado mes de octubre, y ya hay un buen grupo de personas que participa, a pesar de no tener prescripción social.

“A partir de enero, la idea es que se mezclen estas personas que ya están viniendo con las que tengan prescripción social hasta llegar a un máximo de 15 personas y priorizando siempre a las que tengan prescripción”, aclara Mercè Hernández. Así pues, el espacio municipal que desde hace 8 años gestiona la Fundació Marianao está abierto los miércoles por la mañana para quien quiera formar parte de los proyectos, talleres y formaciones de horticultura que dinamiza Júlia Colomer.

El resto del tiempo, las 36 parcelas de los huertos están a cargo de personas y entidades a las que se les conceden los terrenos por un período de 4 años. Unos usuarios que no sólo cuidan de su parcela, sino que también se les pide una participación comunitaria, con asambleas cada dos meses, jornadas comunitarias trimestrales y que formen parte de alguna de las comisiones de trabajo que hacen posible que el proyecto salga adelante.